Saturday, July 9, 2011

LAS MUCHACHAS



Eso de las Mariposas vino después con Julia Alvarez. Y me parece muy bien. Pero en aquellos tiempos ellas eran solamente "Las Muchachas". Tres hermanas valientes que se enfrentaron a la pesadilla de La Era.

"Las Muchachas estaban...", "Las Muchachas me dijeron...", "Las Muchachas pasaron..." Así decían en voz baja las tías y sus amigas. Sin necesidad de nombre o apellido sabíamos quiénes eran "Las Muchachas" y por lo que estaban pasando. Los esposos encarcelados, la familia vejada, los insultos y amenazas.

Había más muchachas, pero con letra mayúscula sólo esas tres. Las demás las seguían de cerca pero nunca llegaron a los extremos a que ellas se atrevieron y por los que pagaron tan cruelmente.

La nota empujada por debajo de la puerta, mi abuela, primero temblorosa y después valerosa, miedo y asco en su expresión, leyendo y releyendo el papelucho: "A sus hijas que vayan buscando la embajada donde van a tener que asilarse". '

Mis tías y sus amigas no se asilaron, no cejaron, pero fueron más discretas. Las otras, "Las Muchachas" prosiguieron en su ardor, no realmente solas, pero menos acompañadas.

Tres muchachas contra un régimen todopoderoso. Tres ejemplos para generaciones futuras. O por lo menos así espero.

Tuesday, May 31, 2011

AL ACECHO










Sombrero de ala corta, saco y corbata, gafas de sol con lentes de espejo, un bulto en la cintura dando a entender, "vengo armao". Cara de pocos amigos. Forma de caminar que indica, "ponte en tu sitio, pendejo, cuando yo paso, tú tiemblas".

Vehículos alemanes, los mismos que Hitler patrocinó para complacer al vulgo, "die Volks", con un "Wagen" y que los dominicanos, con tanta chispa como los berlineses que a puertas cerradas se burlaban del Tercer Reich, denominaron "cepillos" porque por donde pasaban dejaban el limpio.

No había palique en la esquina ni bebedera de cerveza en el colmado que no se terminara cuando se oía el run-rún de aquellos motores que eran la coda de nuestro concierto de terror.


Calles vacías. Puertas cerradas. Aldabas, seguros, picaportes, pestillos, en percusión unísona y sincopada. La cacofonía del miedo.



De dos en dos acechaban. En el colegio, en la iglesia, al salir del cine. No había escape. El teléfono obviamente interferido. Yo, al teléfono con una u otra de las tías, "Dice Mamy que tiene una receta nueva", contraseña de que había alguna noticia interesante que por lo general terminaba siendo sólo un rumor. El Valium se puso de moda. Cómo no, si de alguna manera había que conciliar el sueño.



A más de cincuenta años, cuando sentimos que podemos hacer y decir lo que nos dé la gana, rememorar esta etapa es como rascar una cicatriz que no ha sanado completamente. Es un puño en el estómago, una garra en la garganta. Y mi temor es que los de ahora no van a entender, no van a creer y volverán a caer en algo tan o más funesto de lo que fuera La Era.

Monday, May 23, 2011

UNA PROTESTA VESTIDA DE LINO



Mediados de los años 50. Por decreto gubernamental todas las mujeres dominicanas deben participar en un desfile multitudinario en honor a El Jefe. Todas deben vestir de blanco, preferentemente luciendo guantes y sombrero.

Mamy diseño y cortó un sencillo traje de lino y antes de ensamblarlo lo llevó donde una señora china que bordaba a máquina. Vivía la señora en la pequeña área que era entonces el barrio chino de Ciudad Trujillo, en la avenida José Trujillo Valdez. Por señas y medias palabras se entendieron y con el diseño preparado por Mamy, que era muy buena dibujante, flores y arabescos florecieron en la pechera y los bolsillos.


En las paredes del abarrotado taller de costura colgaban calendarios multicolores que mostraban mujeres fascinantes luciendo sinuosos vestidos de seda y parasoles de papel. Otros tenían pinturas de montañas inverosímiles que salían del agua como dentaduras de creaturas míticas. A los siete años decidí que los chinos no sabían pintar ni tenían idea de cómo eran las montañas de verdad. Muchísimos años después visité Guilin en China y navegué en el río Li, del que nacen esas montañas que sí son como las pintaron. Por primera vez desde mi infancia pensé en esa señora, tan lejos de su tierra natal, cosiendo en un cuartucho caluroso en una isla en el medio del Mar Caribe.


El vestido quedó estupendo y Mamy, con su figura menuda y curvilínea, se veía como una reina. Como siempre.


La mañana del desfile Mamy se acicaló temprano, se puso un sombrero pequeño de flores de seda y agarró sus guantes y su cartera. El camino hasta el malecón era bastante corto, pero en el trayecto Mamy dió un tropezón con sus tacones. Llegó al punto de reunión cojeando y naturalmente se le excusó por causas ajenas a su voluntad. A la vuelta, desde que el malecón se perdió de vista Mamy dejó de cojear y llegó a casa sonriendo pícaramente.


Hay muchas formas de resistir una tiranía; ésta tuvo como requisito un vestido de lino blanco. El vestido reside en mi closet desde hace muchos años como emblema y recordatorio de mi bella mamá y su espíritu, que a los casi 90 años continúa siendo indomable.




Wednesday, May 18, 2011

Minetta




"Soy de La Era y con orgullo, tocada muy de cerca... quizás eso me enseñó a ser como soy. Una Era con un padre exilado durante catorce años pero con una madre que supo jugar los dos papeles durante toda mi vida. Nos enseñó a ser fuertes, no temerle a nada, ¡pero con MUCHA PRUDENCIA! Ese era el quid del asunto, saber CALLAR cuando había que hacerlo... Mucha tensión, pero consciente siempre y ALERTA toda la vida".


En la foto: Minetta Roques, Cristina Veras,

Alexandra Saleta, Myrna De Frías


¿Qué se puede añadir a tan contundente testimonio? Muchas como yo vivimos esos duros tiempos rodeadas de nuestros seres queridos. Otras como Minetta crecieron sin ver a sus papás y sin saber si llegaría el día en que pudieran reunirse de nuevo. Recuerdo muy bien a Doña Toñita, siempre ocupada, enseñando en la primaria y cosiendo los bellos vestidos que lucían Minetta y sus hermanas mayores. Las tres como princesas. El dolor de la separación quedaba escondido detrás de las puertas cerradas y las sonrisas animosas se mostraban al mundo porque de ninguna manera se podía dar a entender a aquellos monstruos que hacían mella en el espíritu de sus inocentes víctimas.

Monday, May 16, 2011

CIGARRONES



Un siquiatra podría encontrar otra razón, pero si me autoanalizo creo que mi desdeño hacia los cigarrones empezó muy temprano. Aquellos parques inmaculados de La Era, plantados en filas estrictas de ásperos y erectos soldados uniformados de un verde claro con enarbolados penachos rojos o amarillos como kepís napoleónicos. Aquella rigidez en el diseño paisajista reflejaba la misma rigidez del medio ambiente que habitábamos. Al pie de estos batallones vegetales, las flores azul cielo de la Isabel Segunda proporcionaban un respiro pasajero, como para evitar que fuéramos todos de golpe a parar al manicomio. El efecto principal, el mensaje sin palabras siempre era el mismo: severidad, inflexibilidad, conformismo. "¡Anden derecho, carajo, que aquí el que manda soy yo!"

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INVITACION AL RECUERDO

Los dominicanos que nacimos entre 1930 y 1961 nacimos en La Era. Los que nacimos en La Era aprendimos desde la cuna a hablar poco y callar todo. Los que nacimos en La Era sabíamos por ósmosis que vivíamos en el terror. Lo sabíamos aunque nadie nos lo explicara. Los que nacimos en La Era recordamos tiempos tan apacibles que tenían que ser un mito. Y así era. Debajo de esa engañosa tranquilidad había un tumulto de horrores y temor que lo empañaba todo. Y aún así vivimos una niñez dorada... ESTE ES EL SITIO PARA RECORDAR...

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