Saturday, September 28, 2013

EL ENLACE

"Radio Punta Arenas", "Desde La Habana, Cuba, esta es la CMQ", "Ici Radio France International", "This is the BBC", "The Voice of America".

En la quietud de la noche tropical y a bajo volumen, se oían las voces y los acentos de otros países.  Se escuchaban noticias que al día siguiente se pasaban en voz baja en un juego macabro de "telégrafo".  

Muchas veces, en el mejor momento estallaba la estática ya fuera por razones atmosféricas o por el 'jamming' de los agentes de la represión.    A veces por semanas era imposible sintonizar alguna estación venezolana o argentina que de repente volvía a deleitarnos con su música, pero sobre todo con su información.  

Esos radios, precursores por muchos años de la red cibernética que hoy nos abruma, eran nuestra vía de escape al igual que nuestra línea de contacto más directo con el resto del mundo.   En un país donde conseguir un pasaporte sin ser participante en el régimen era una imposibilidad, el radio era la ventana abierta, el cerrojo levantado que nos invitaba a soñar con otras tierras, otros afanes y con aquella idea misteriosa, sublime, esotérica, llamada "Libertad".    

Sabíamos de memoria las siglas de cada estación y en qué momento sintonizarlas.  Sabíamos que había un ancho mundo detrás de esos tubos de vidrio y esos botones de bakelita.  Lo que no sabíamos y tal vez ni nos atrevíamos a preguntarlo, era si los habitantes de aquellos mundos lejanos sabían que existíamos.  

3 comments:

  1. Ancho mundo contenido en la Banda Ancha. Qué maravilla! Y tenía razón el régimen en tratar de cortar esa posibilidad de contacto. Las dictaduras no se sostienen en un país comunicado, sino miren lo que pasó con la Primavera Árabe.

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  2. Mi papá esperaba el paso del último vw del sim para colocar la antena.

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  3. Pedro, como se sabía que era el último?

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INVITACION AL RECUERDO

Los dominicanos que nacimos entre 1930 y 1961 nacimos en La Era. Los que nacimos en La Era aprendimos desde la cuna a hablar poco y callar todo. Los que nacimos en La Era sabíamos por ósmosis que vivíamos en el terror. Lo sabíamos aunque nadie nos lo explicara. Los que nacimos en La Era recordamos tiempos tan apacibles que tenían que ser un mito. Y así era. Debajo de esa engañosa tranquilidad había un tumulto de horrores y temor que lo empañaba todo. Y aún así vivimos una niñez dorada... ESTE ES EL SITIO PARA RECORDAR...

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