Monday, December 10, 2012

NAVIDAD NEGRA

Diciembre de 1960.  ¿Lo recuerdas?  ¿Recuerdas lo que sucedió en noviembre de ese año?  ¿Cómo celebrar la navidad mientras tantos sufrían?  Ese fue el año del arbolito sin luces.  Y el año en que de alguna manera los Reyes Magos se olvidaron de mí.  La distracción de mi madre no es sorpresa ahora, aunque dolió en su momento.  Y gracias a los tíos y los abuelos pude desenvolver y agradecer regalos el 6 de enero. 

La voz de mi abuela levantando la copa de sidra, porque para Champán no había, y brindando truculentamente, "Los judíos dicen, 'El próximo año en Jerusalén', yo digo, ¡El próximo año sin este hombre!"



Qué bien recuerdo las miradas y los murmullos de  sus ocho hijos, con sus cónyuges y  sus niños, sentados alrededor de la gran mesa de madera rústica del comedor de atrás.  ¡Mamá! murmuraron al unísono.

Pues claro, porque en aquellos tiempos las paredes escuchaban y reportaban.  Realmente no recuerdo si hubo fiestas, si hubo bailes, o muchas luces en El Conde.  El Santicló de La Margarita posiblemente rió a carcajadas, pero no lo ví.  Lo que sí recuerdo es que había una pesadumbre, una niebla gris de pena y de humillación que azotaba a pesar de la dulce brisa navideña.  ¿Las Arandelas?  ¿El Martiniqueño?  ¿El perico ripiao?  No los recuerdo.  Lo que sí recuerdo es que un mes antes, unos carniceros habían martirizado a tres hermanas indefensas y su chofer y el pueblo tenía luto.  De vez en cuando se oía alguna que otra bomba.  Fútil resistencia ante un régimen encarnecido.  Las calles se veían vacías.  Era peligroso salir por la noches; los agentes del SIM tenían amplia potestad para detener a cualquiera y desaparecerlo.  Una sociedad aterrorizada, al desnudo, sin fuerzas ni armas para sublevarse.  

Recuerdo el arbolito en mi casa, puesto a duras penas porque mi hermanito acababa de cumplir dos años y debía tener su recuerdo de Navidad.  Pero Mamy no prendió las luces.  Otra tímida  demonstración de resistencia pacífica.  Y los regalos fueron pocos.  Y todo se envolvió en aquella miasma desesperante.  Nadie podía imaginarse en ese momento lleno de fatalidad, durante aquella Navidad vacía y siniestra, que exactamente doce meses después estuviéramos cantando un nuevo merengue que nada tenía que ver con las insensibles alabanzas anteriores: "Navidad con Libertad".

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INVITACION AL RECUERDO

Los dominicanos que nacimos entre 1930 y 1961 nacimos en La Era. Los que nacimos en La Era aprendimos desde la cuna a hablar poco y callar todo. Los que nacimos en La Era sabíamos por ósmosis que vivíamos en el terror. Lo sabíamos aunque nadie nos lo explicara. Los que nacimos en La Era recordamos tiempos tan apacibles que tenían que ser un mito. Y así era. Debajo de esa engañosa tranquilidad había un tumulto de horrores y temor que lo empañaba todo. Y aún así vivimos una niñez dorada... ESTE ES EL SITIO PARA RECORDAR...

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